El hombre detenido por perseguir a un policía local con un florete en la mano quería batirse con él «y restaurar mi honor mancillado». Afortunadamente, la sangre no llegó al río.
Lorenzo José C.R., de 41 años, llevaba pocos días en el pueblo, acogido al parecer en casa de una amiga. A las cuatro y media de la tarde del miércoles el 112 recibió una llamada alertando de que un individuo estaba molestando a los operarios de una obra de la calle Penyes.
Toni, un agente municipal de guardia, se subió al coche patrulla multicolor y llegó a la obra donde estaba el sospechoso, que había mezclado medicamentos con alcohol y estaba algo alterado.
Tras desalojarlo, Lorenzo se lo tomó a mal: «Has ofendido mi honor», le espetó, al tiempo que se arremangaba la camisa. El policía sacó su defensa y el agresor se paró en seco: «Espera un momento que voy a casa». El funcionario pensó que iba de farol y ya no regresaría, pero minutos después Lorenzo volvió, jadeante: «Aquí estoy. Ahora estamos en igualdad. Vamos a batirnos en duelo» y blandió un florete.
Toni empezó a correr y durante medio kilómetro los vecinos del pueblo presenciaron atónitos como un municipal escapaba de un perturbado que lo seguía muy de cerca, espada en mano. Como pudo, pidió ayuda por radio y un agente de Maria de la Salut y guardias civiles de Sineu acudieron en su auxilio. Lorenzo ya había vuelto a su casa, sin poder restaurar su honor, y al ser arrestado no ofreció resistencia.