El día amaneció triste y lluvioso en Santa Ponça, como si se tratara del estado de ánimo de los dueños de las tiendas afectadas por el derrumbe registrado el pasado domingo en ese núcleo.
Los perjudicados comenzaron a evaluar este lunes los daños, que, en algunos casos, son cuantiosos. Los técnicos municipales inspeccionaron la estructura para elaborar un primer informe acerca de las causas del derrumbe y se ordenó que de momento la zona siga precintada por seguridad.
El siniestro se produjo sobre las 15.30 horas del domingo. La estructura que se vino abajo es una parte importante de la terraza de un hotel situado en la esquina de las calles Puig de Galatzó y Teix, que a su vez es el techo de una serie de comercios.
Cuatro locales han quedado destrozados y media docena más se han visto afectados por el derrumbe. Cabe señalar que hay tiendas que ocupan más de un local, como ocurre con una boutique situada en la esquina, que es de grandes dimensiones.
La mayoría de negocios y el hotel están cerrados en temporada baja y los pocos comercios que abren cierran los domingos. A pesar de los daños sufridos, los afectados y diversos vecinos explicaron que «el hecho de que el derrumbe se haya producido ahora, en invierno, y en domingo, ha evitado una tragedia, porque en verano esto está lleno de gente y si la terraza se cae en verano seguramente estaríamos hablando de un desastre».