Dos peritos del Ministerio de Fomento han explicado hoy al juez Eloy Velasco que en el accidente aéreo ocurrido en Mali el pasado julio no se produjo ningún fallo técnico ni humano, lo que coincide con la hipótesis de las autoridades malienses, que señalaron las malas condiciones meteorológicas.
Los peritos han expuesto hoy al magistrado de la Audiencia Nacional sus conclusiones sobre el siniestro del avión que viajaba a Argel operado por la compañía española Swiftair, que tuvo lugar el 24 de julio y en el que murieron 116 personas, entre ellas los pilotos mallorquines Agustín Comerón e Isabel Gost.
Según fuentes jurídicas, respecto a la parte humana los expertos han comprobado que los pilotos tenían las correspondientes licencias y permisos y que habían respetado los requisitos de descanso. Han detallado que solo hubo una incidencia mínima en casos puntuales de fatiga, pero que eso no afectó al accidente.
La tripulación, han trasladado al juez, estaba correctamente entrenada para este vuelo.
En cuanto a la parte técnica, han asegurado al magistrado que las condiciones de la aeronave eran buenas, la compañía tenía todos los certificados, la matrícula y la aeronavegabilidad eran correctas, el mantenimiento programado estaba bien y el de averías imprevistas también.
Una comisión de investigación abierta de la Agencia Nacional de Aviación Civil de Mali, en la que participan España, Francia y Reino Unido, apuntó en un preinforme publicado el pasado 20 de septiembre a las condiciones meteorológicas adversas por las que pasó el avión antes de caer al suelo.
Según el preinforme, ese día hubo una tormenta muy fría que pudo haber congelado los motores, lo cual, unido a la altitud a la que estaba la aeronave, que era de reacción y no de hélice, pudo ser la causa de que no consiguiera aterrizar.
El informe indica que las temperaturas exteriores durante el ascenso del avión bajaron de 16 a 32 grados bajo cero, y señala que en temperaturas inferiores a los 20 grados bajo cero y con presencia de nubes convectivas hay riesgo de congelación y/o de turbulencias severas.
Destaca que el avión formó un cráter de 35 metros de largo, 11 de ancho y un metro de profundidad en su caída.
Según las mismas fuentes, el próximo 21 de noviembre dos juezas francesas viajarán a Madrid y escucharán las conclusiones de los dos peritos españoles en la Audiencia Nacional.
En el avión de Air Algérie accidentado había seis personas españoles (los seis integrantes de la tripulación) y 54 pasajeros franceses, así como otros de Argelia, Bélgica, Burkina Faso, Camerún, Canadá, Egipto, Alemania, Líbano, Luxemburgo, Mali, Nigeria, Suiza y Ucrania.