El caso de Ana Eva Guasch Melis, la filóloga palmesana que desapareció en la noche de las Vírgenes, hace ahora trece años, está sobreseído de forma provisional. Pero el Grupo de Homicidios no olvida a Ana Eva.
En el aniversario de su desaparición, Ultima Hora ha querido saber cuál era el estado real de la investigación. Todas las fuentes consultadas han coincidido en que los avances técnicos de la policía no son los mismos ahora que en 2001, «por lo que no descartamos que algunas de las pruebas que recogimos en su día sean analizadas con técnicas más modernas, y demos con la clave».
Asimismo, algunas personas siguen en el punto de mira policial. «Quién sabe si algún día cometerán un fallo», apuntó un alto mando policial.
Ana Eva, que en octubre de 2001 tenía 27 años, era profesora de Santa Mónica. Vivía en una vieja finca del número 79 de la calle Aragón, que actualmente ya no existe. Esa noche del 21 de octubre acudió a un cumpleaños, en Palma. Después estuvo en un piso, de fiesta con los amigos, y a las 5.30 horas llegó a casa. Fue entonces cuando alguien llamó a su puerta, que no estaba forzada.
El Grupo de Homicidios tiene la certeza de que fue su novio argentino. Entre otras cosas, por un detalle: un día les entregó a los investigadores una tarjeta rota y dijo que la habían usado para abrir la puerta. Esa tarjeta no estaba cuando la policía registró la casa y, además, se descubrió que era de un vídeo club argentino.
De la casa desapareció una colcha, una lámpara de la mesita de noche y el ordenador de la joven. El asesino tuvo que bajarla por una angosta escalera y luego hizo desaparecer el cuerpo. La policía cree que lo llevó a una cantera, cerca de Santanyí. Trece años después nadie olvida a Ana Eva.