Paul Smith, el empresario del ocio nocturno de Magaluf que denunció la presunta trama de corrupción policial en la zona, se queja públicamente de persecución policial contra su persona.
«Es lo más surrealista que se puede contar. Un trabajador me llama por teléfono sobre las seis y media de la madrugada y me dice que se le han olvidado las llaves del local para cerrar. Cojo el coche y me desplazo desde Palmanova hasta Magaluf. Cuando estoy llegando, observo a un turista con la cabeza abierta y sangrando de manera abundante. Rápidamente, detengo mi vehículo, lo subo en la acera y acudo en auxilio de la víctima», comenta el empresario.
«Acto seguido, a las 7.07 horas, llamo desde mi móvil a la Policía Local de Calvià y le informo del incidente para que activen una ambulancia. Cierro el local y espero a la llegada de la Policía Local. A las 7.15 horas llegan los agentes y nada más verme me dicen que muchas gracias por llamar, pero que firme una multa de 100 euros por aparcar en la acera. Encima, dicen que el motor estaba frío. De buen samaritano a sancionado. No lo entiendo», concluye.