Los investigadores siguen analizando los emails y las declaraciones de testigos e imputados en el caso de los policías corruptos de Calvià. Una de las líneas de investigación apunta a que algunos agentes –y funcionarios municipales– avisaban a los empresarios 'amigos' poco antes de las inspecciones en sus locales. De esta forma, se podían evitar las sanciones por ruido, música alta o aforo superado.
Estos chivatazos se habrían producido en los últimos años de forma sistemática. Por un lado, los empresarios favorecidos contaban con información privilegiada y podían adelantarse a las inspecciones municipales y, por otro lado, se castigaba duramente a los empresarios ‘enemigos', con una avalancha de multas, inspecciones continuas y hostigamiento municipal. También se controlaba el tema de los tíquet euros «con lupa», pero sobre todo a los empresarios que querían acosar.
Cierre de locales
Los investigadores han tenido noticias de casos de empresarios que tuvieron que cerrar sus bares o locales en zonas de ocio de Calvià debido a este acoso. Otros, optaron por marcharse a otras zonas.
Las diligencias se llevan a cabo en el más estricto hermetismo, ya que la jueza Carmen González, títular del Juzgado de Instrucción número 12, ha decretado el secreto sumarial.
Los tres policías encarcelados –el jefe José Antonio Navarro y dos agentes de la Unidad Canina– están en prisión preventiva, entre otros motivos por temor a que puedan destruir pruebas o influir en testigos.
Sus respectivas defensas ya han solicitado con un recurso su puesta en libertad. Los tres se hallan separados del resto de presos en el Centro Penitenciario de Palma dada su condición de policías.
A lo largo de esta semana y de la siguiente están previstas nuevas diligencias, por lo que puede decirse que el caso sólo acaba de empezar.
Por su parte, sigue generando una gran repercusión la entrevista concedida en exclusiva a Ultima Hora por el empresario británico que grabó el vídeo de la corrupción policial, Paul Smith. En la misma, Smith pide que no se criminalice a la Policía Local de Calvià y dice que lo que hicieron fue «una demostración de fuerza». Del mismo modo, también apuntó que «la guerra sucia que hay en Punta Ballena es porque se mueve muchísimo dinero». Otros empresarios han dirigido misivas a los investigadores explicando las presiones que han sufrido de algunos agentes.