Un aparcacoches aceptó ayer una condena de siete años de cárcel por intentar matar a un compañero con el que se había peleado incendiando un molino abandonado en es Jonquet donde los dos vivían.
Los hechos ocurrieron en junio del año pasado. Los dos hombres, de nacionalidad nigeriana, vivían en un molino de la calle Gambin y habían tenido ya varias peleas. El acusado había amenazado de muerte a la víctima que ignoraba sus amenazas. Ese día, el aparcacoches llegó al inmueble sobre las diez y media de la noche. La víctima estaba en el colchón en el que dormía. Volvió a amenazarle de muerte. El herido pasó de él y se puso a dormir. Al rato, el acusado regresó al molino con un bidón de gasolina y roció el cuerpo de la víctima y parte los objetos que le rodearan. Prendió fuego al combustible con un mechero.
La víctima salió del molino envuelto en llamas y fue auxiliado por varias personas que pasaban por la zona que consiguieron apagarle y le atendieron hasta que llegó una ambulancia.
La víctima sufrió quemaduras en el 53 por ciento de su cuerpo, en especial en la cara, el cuello y los brazos. Estuvo más de un mes ingresado en la unidad de quemados de Vall d'Ebron.
El acusado reconoció los hechos en el juicio después de que su defensa alcanzara un acuerdo con la Fiscalía que reclamaba inicialmente 15 años de cárcel.