Agentes del Cuerpo Nacional de Policía procedieron a la detención de Francisco José R. M., de 50 años y nacionalidad española, acusado de apuñalar y morder una oreja al dueño de un conocido club de alterne de Palma. Los hechos se produjeron sobre las ocho de la mañana del domingo en las inmediaciones de la avenida Joan Miró, en Gomila. Varias llamadas alertaron de que, instantes antes, se había producido una pelea entre dos varones.
Personadas las diferentes dotaciones policiales, se entrevistaron con una de las partes. El ahora detenido afirmó que se encontraba tomando unas cervezas en un restaurante de la zona en compañía de de una mujer de nacionalidad colombiana cuando pasó el dueño del club de alterne y empezaron a discutir porque se conocen desde hacía tiempo. En ese instante se agredieron mútuamente hasta que algunos compañeros les separaron.
El detenido presentaba un golpe fuerte en la nariz y al parecer el tobillo torcido, por lo que se requirió la presencia de una ambulancia. Dice que conoce a su agresor porque es cliente habitual del club Delfos y su mujer era 'trabajadora' de ese local, por lo que tuvieron problemas en otras ocasiones y amenazas mutuas por haberse llevado a su mujer del club.
Unos minutos más tarde, el dueño del prostíbulo se entrevistó con la Policía Nacional presentando un corte profundo en el estómago y otro en la oreja derecha, por lo que la ambulancia consideró que requería puntos de sutura y procedió a su traslado a un hospital.
La víctima dice que iba caminando por la avenida Joan Miró y que vio a su agresor gritándole: «Te voy a matar». En ese instante, se dio la vuelta momento en el cual el presunto agresor le propinó un puñetazo en el estómago y le mordió la oreja, ante lo que el dueño del burdel trató de defenderse dándole un puñetazo en el rostro.
En el abdomen presentaba un corte profundo, como realizado por un objeto punzante, manifestando que no había visto tal objeto, pero que creía que lo portaba su agresor en el momento que le dio el puñetazo.
El propietario del club Delfos dice que el agresor era un cliente habitual del local habiendo tenido problemas en diversas ocasiones debido a que le amenazaba a él y a su pareja que también trabaja en el club, motivo por le cual lo había expulsado en varias ocasiones. A escasos metros se encontró el arma de la agresión.