Entre el 'caso Kabul' y su réplica hay una diferencia importante: en el juicio que arrancó ayer, la acusación no se basa en escuchas telefónicas. Así que, a falta de la carta de reclamar la nulidad de ningún pinchazo telefónico, los cuatro clanes encausados afrontan el juicio con dos posturas: los que admiten sin tapujos haber vendido droga en Son Banya y los que niegan cualquier evidencia.
En el primer grupo se encuentran los acusados vinculados al 'clan de La Paca'. Entre otros, la mujer de 'El Moreno' y una hija de éste asumieron ayer que en su vivienda se vendía cocaína al por menor.
Entre los que niegan cualquier delito están los supuestos cabecillas de los grupos de 'Los Valencianos' y de 'La Sole'. 'La Chata', a la que la Fiscalía acusa de representar a los primeros en el poblado aseguró en la vista que, cuando ocurrieron los hechos, ella apenas estaba en el poblado y que se desplazaba con mucha frecuencia a Valencia para visitar a su marido, 'El Charli', que está en prisión. «Yo no se nada. Me han llamado a declarar y he venido», aseguró.
En una línea similar declaró 'La Sole' que también negó vender droga. Sus hijos protagonizaron uno de los incidentes de la vista. La presidenta de la Sala tuvo que explusar a uno de ellos por indicar desde el banquillo a su madre lo que tenía que declarar. Lo más sorprendente del juicio fue la declaración de otro de los hijos de 'La Sole' quien afirmó que la droga que, según la Fiscalía era suya, en realidad es de un sobrino de 'La Paca', 'El Ico Pequeño' y le culpó a él y a la policía de que la droga estuviera en un gallinero suyo. Las defensas han pedido que declare este familiar de la matriarca. El juicio continuará esta mañana con la declaración de los miembros del 'clan de los Bizcos'.