Un juzgado de Palma ha condenado a penas que suman 50 años de prisión a un grupo de cinco jóvenes que cometieron cuatro atracos violentos en Mallorca en otoño de 2012. El grupo se centró en asaltar a punta de pistola gasolineras y a empleados de las estaciones que iban a ingresar el dinero de la recaudación. Dos de los asaltos incluyeron palizas a las víctimas, una de las cuales sufrió un desprendimiento de retina por las patadas y puñetazos que recibió. La condena más alta, de 23 años de prisión es para uno de los cabecillas del grupo quien, además, intentó clavar un destornillador a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que le fueron a detener.
El magistrado ha declarado extinta la responsabilidad penal del principal acusado, Pedro García Palomino, que falleció hace unas semanas en la cárcel.
El primer golpe del grupo fue en una licorería de Joan Miró, donde el fallecido entró con la cara tapada y una pistola de fogueo en la mano. Cuatro días después se hicieron con su botín más abultado: 4.000 euros que llevaba un empleado de gasolinera y que iba a ingresar en el banco en la calle Joan de Saridakis. Esa misma semana asaltaron una gasolinera del Secar de la Real, donde pusieron un cuchillo en el vientre a un empleado y golpearon a otro. El 9 de noviembre (cuatro días después del anterior golpe) robaron un coche y con él asaltaron una gasolinera en Esporles, donde uno de los empleados recibió una paliza. Prendieron fuego al coche robado.
El día que incendiaron el vehículo robado fueron vistos por un vecino de la zona que fue quien puso a la policía sobre la pista del grupo. A partir de ahí un juzgado autorizó unos pinchazos telefónicos que llevan a su condena. Las defensas alegaban un error de forma en estos pinchazos para pedir su nulidad.
Uno de los acusados ha sido absuelto al no quedar demostrada su participación en los hechos.