El Ejercito del Aire rindió hoy en Mallorca un homenaje a los cuatro militares desaparecidos el pasado marzo al estrellarse un helicóptero entre Gran Canaria y Fuerteventura, con ocasión de la retirada del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) del último avión D.3B que estaba activo en la base aérea mallorquina de Son Sant Joan.
Durante el acto castrense encabezado por el jefe de Estado Mayor del Ejercito del Aire, general Francisco Javier García Arnaíz, ha sido colocada una ofrenda floral por parte del jefe del SAR, coronel Carlos Maestre, y el también coronel Luis Dosda, jefe de la unidad a la que pertenecía el helicóptero siniestrado.
Con su sobrevuelo a baja altura en dos ocasiones por encima de la Base Aérea de Son Sant Joan, situada a las afueras de Palma, este avión del tipo C-212-Aviocar D.3 ha puesto fin a sus misiones de rescate, y a partir de ahora desde su nueva ubicación, en Madrid, será empleado para transporte.
La compañía pública Construcciones Arenonáuticas S.A.(CASA) empezó a fabricar el avión C-212 en 1971, aunque hasta 1974 no comenzó a ser empleado por el Ejército del Aire y con el paso del tiempo ha sido el mayor éxito de la industria aeronáutica española.
Baleares recibió en 1983 el primer avión de este modelo empleado sobre todo en operaciones de salvamento, y a partir de 2008 los C-122 Aviocar D.3 fueron paulatinamente sustituidos por las aeronaves del modelo D.4.
El helicóptero accidentado era un Súper Puma HD-21, que se precipitó al mar durante unos ejercicios nocturnos de entrenamiento.
Los cuatro militares desaparecidos son el capitán Daniel Pena, de Vitoria; la teniente Carmen Ortega, de Granada, el teniente Sebastián Ruiz, de Cádiz, y el sargento mecánico Carlos Caramanzana, de Valladolid.
El único militar que pudo ser rescatado con buen estado de salud tras el siniestro es el sargento grancanario Johnander Ojeda.