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Un colaborador de la parroquia de Sant Sebastià de Palma denuncia al exrector ante la policía

El sacerdote Alfredo Miralles, expárroco de Sant Sebastià. | Amalia Estabén

| Palma |

El expárroco de la iglesia de Sant Sebastià, de Palma, Alfredo Miralles ha sido denunciado ante el Cuerpo Nacional de Policía por un presunto caso de abusos. La denuncia, que también ha sido ratificada posteriormente en sede judicial, fue interpuesta, hace unos días, por un varón de nacionalidad boliviana de 49 años de edad que, en el momento en el que se produjeron los hechos, ejercía como responsable de mantenimiento de la parroquia en la que mossèn Alfredo Miralles era el máximo responsable.

En la denuncia interpuesta ante la Policía Nacional, el extrabajador de la iglesia afirma que sorprendió al sacerdote cometiendo, presuntamente, unos abusos. Del mismo modo, el denunciante también confirmó a los agentes responsables del caso que le consta que no era la primera vez y que posiblemente pudieran existir más víctimas. La investigación del caso está en manos de la Policía Judicial.

Del mismo modo, fuentes del Obispado también han confirmado que agentes de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía han solicitado información y entrevistas con altos responsables del Bisbat de Mallorca con la finalidad de esclarecer los hechos. Alfredo Miralles, en declaraciones a Ultima Hora, afirma: «El gran instigador de esta trama es mossèn Joan Darder. Detrás de la denuncia interpuesta por el boliviano está claramente el canónigo. De hecho, el denunciante envió unas cartas al obispo en las que reconocía que que su consejero era Joan Darder. Está por escrito y firmado de su puño y letra. Toda esta guerra comenzó hace muchos años. Me tocó ser su sucesor al frente de Sant Sebastià y a partir de ese momento comenzaron los problemas. Mi agresión a Darder duró tres minutos, pero su campaña contra mi persona tratándome de homosexual, contra otros curas y religiosas dura años. Llamé al obispo y le dije: No he podido aguantar y le he pegado. Soy hombre antes que sacerdote. Soy un jubilado minusválido que no tengo nada que perder, pero no fue nada premeditado, simplemente, un calentón del momento», concluye.

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