La Audiencia Provincial de Balears juzgará este miércoles, a partir de las 9.30 horas, a cuatro guardias civiles acusados de torturar en repetidas ocasiones a dos detenidos en los calabozos donde éstos se encontraban arrestados. En concreto, los hechos tuvieron lugar el 21 de noviembre de 2009 en la zona de Palmanova, jornada a lo largo de la cual los inculpados presuntamente agredieron de forma continua a sus víctimas e incluso obligaron a una de ellas a desnudarse para golpearle.
En concreto, la Fiscalía solicita para el principal de los acusados hasta 16 años de cárcel por dos delitos de torturas y dos de lesiones, mientras que para cada uno de los otros tres procesados reclama 11 años. Asimismo, pide que indemnicen de forma conjunta a los afectados con un total de 8.900 euros por las consecuencias de las lesiones sufridas así como en concepto de daño moral. Los cuatro reos serán juzgados por el tribunal de la Sección de Refuerzo.
Tal y como relata el Ministerio Público en su escrito de calificación provisional, los hechos tuvieron lugar después de que en la madrugada de ese día el agente Miguel Angel A.L. tuviera un incidente con un ciudadano inglés -una de las dos víctimas-, en el transcurso del cual éste le dio un golpe en la cara y provocó que el efectivo del Instituto Armado cayera al suelo y perdiera el conocimiento. Un suceso que se saldó con la detención del inglés y un amigo de éste -el otro de los afectados-.
Una vez arrestados, los acusados, de común acuerdo y movidos por la intención de reprender y escarmentar a los dos arrestados por la agresión al sargento, durante la tarde de esa jornada accedieron repetidas veces a los calabozos donde habían sido conducidos los detenidos, a quienes propinaron golpes por todo el cuerpo, amedrentándoles y mofándose de ellos y menoscabando gravemente su integridad física y mental, según la Fiscalía.
En una de las ocasiones, los agentes presuntamente gritaron, abofetearon y propinaron patadas al arrestado que había agredido al sargento, relata la acusación pública, que subraya cómo la víctoma recibió además varios puñetazos y golpes por todo el cuerpo con una porra que cogió Miguel Angel A.L. El procesado le pegó además con unos guantes y después, cogiendo uno de sus zapatos, le agredió repetidamente con el mismo y, a continuación, le restregó por toda la cara el bocadillo que habrían llevado al arrestado.
Del mismo modo, los otros tres acusados hicieron desnudarse a la víctima para pegarle una patada en los genitales, mientras que en otras ocasiones entraban en el calabozo haciendo únicamente ademán de pegarle, lo que, según el Ministerio Fiscal, provocaba un «enorme desasosiego» y un «miedo atroz» en el detenido, que a su vez era amenazado con que le romperían las piernas y brazos si contaba algo de lo sucedido.
La otra de las víctimas, por su parte, fue sacada del calabozo por Miguel Angel A.L. y conducida a otro cuarto, donde recibió golpes y puñetazos. Según el escrito de acusación, los procesados le dieron en la ceja con una porra, lo que le provocó una herida de la que manaba abundante sangre que le obligaron a limpiar del suelo con una fregona. Como consecuencia de las agresiones, los arrestados sufrieron numerosas contusiones y hematomas además de un trastorno de estrés postraumático.