El atleta paralímpico Oscar Pistorius rompió ayer, día de San Valentín, su largo silencio para honrar a su novia, Reeva Steenkamp, en el día del primer aniversario de la muerte a tiros de la joven modelo a manos del corredor.
«El dolor y la tristeza, especialmente por los padres de Reeva, la familia y los amigos, me consumen de dolor», escribió ayer en su web Pistorius, que califica lo ocurrido de «accidente» y asegura vivir un «trauma» que llevará siempre a cuestas.
El caso no ha pasado desapercibido para la activa e influyente Liga de Mujeres del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA), que marchó ayer por las calles de Pretoria para denunciar la violencia contra los niños y contra las mujeres.
Juicio
«El caso Pistorius es un recordatorio de la violencia contra las mujeres», explicó Jaqui Mofokeng, portavoz de la organización, bastión histórico del feminismo dentro del movimiento de resistencia negro en Sudáfrica.
Ha transcurrido un año desde que la muerte de Steenkamp a manos de Pistorius conmocionara al mundo, y el caso sigue llenando páginas de periódico a la espera de que, en dieciséis días, vuelva a las portadas con el comienzo del juicio.
Pistorius, de 27 años, disparó a su novia, que entonces tenía 29, a través de la puerta cerrada del baño de la casa del deportista en Pretoria, un hecho que aceptan el fiscal y la defensa.