Estrella, vecina del edificio ubicado en el número 7 de la calle Puerta de Santa Margarita, en el barrio de sa Indioteria, no puede aguantar más. Una treintena de gitanos, algunos de ellos llegados desde el barrio de La Mina, en Barcelona, se han adueñado de varias de las viviendas vacías del edificio tras ejecutarse un desahucio y están haciendo la vida imposible al resto de vecinos.
«Es muy duro que, cada día, tenga que venir la Policía Local de Palma para escoltar a mis hijos para que puedan ir al colegio. Nunca podré agradecerles el trabajo que hacen, pero entiendo que los policías no están para hacer de niñeros. Algunos días, con la propia policía delante, las familias gitanas no dudan en amenazarnos e insultarnos», relata Estrella.
«Yo tengo tres hijos y vivo sola con ellos. He llegado a pasar 24 horas sin luz porque me han quitado los fusibles y me han dicho: «Baja si tienes huevos, que te vamos a meter dos tiros». Además, he perdido mi trabajo porque cuando me marchaba para trabajar subían y amenazaban a mis hijos. Ellos lo tienen muy claro, quieren que me vaya para ocupar mi vivienda y apoderarse de todo el edificio», añade.
Nuestra protagonista ha sido amenazada y agredida por algunos de los okupas que residen ilegalmente en el edificio. Tras denunciar los hechos públicamente y en los juzgados, la situación es insostenible. «El pasado 8 de diciembre, uno de los pisos fue incendiado intencionadamente y nosotros estábamos en casa. La situación no acabó en tragedia porque Dios no quiso. Aquí hay gallinas, cabras y todo tipo de animales por las zonas comunes. Ahora, han llegado más familias desde Barcelona y lo tienen muy claro, quieren quedarse con el edificio y controlarlo todo. Lo primero que te dicen es que ellos no tienen nada que perder, y lo peor de todo es que sabemos que tienen armas y que son muy peligrosos», concluye.