Día y noche, la Guardia Civil ha montado un gigantesco dispositivo humano y material para localizar a Malén Zoe, la menor desaparecida en Magaluf. Medio centenar de agentes, apoyados por policías locales, nacionales, bomberos y Protección Civil, están volcados en la resolución del caso. Tal y como adelantó Ultima Hora, el caso ha dado un vuelco y los investigadores se inclinan ahora por una desaparición forzada de la adolescente.
La investigación la lleva directamente el Grupo de Personas, y en concreto el Grupo de Homicidios. Son muy pocos los agentes que tienen acceso a las diligencias, para garantizar el hermetismo. Sin embargo, otras unidades participan en la búsqueda, prestando apoyo. Como por ejemplo la Policía Judicial de Calvià. Los funcionarios están realizando todo tipo de diligencias: seguimientos, rastreos, declaraciones de testigos y también están comprobando los movimientos de pasajeros en el aeropuerto de Son Sant Joan y en el Port de Palma.
En la finca del Moro y en sa Porrassa, entre Magaluf y Son Ferrer, se encuentra el epicentro de la investigación. Es allí donde se pierde la pista de Malén, cuya última secuencia recogió una cámara de seguridad. Tal y como dijo ella, se dirigía a la casa de su novio, en Son Ferrer. Sin embargo, ese 2 de diciembre algo o alguien le hizo cambiar de opinión. O la obligó a cambiar, según valoran ahora los investigadores.
Concentración
El día 24, el padre de la menor reunió a más de 200 personas en la playa grande de Santa Ponça y pidió a las autoridades que no cesen en la búsqueda de su hija, desaparecida desde el pasado 2 de diciembre. Alejandro Ortiz mostró un ejemplar de este diario, en el que se informaba de un intento de secuestro de una joven en sa Pobla, y aseguró que Mallorca ya no era tan segura como antes.