Los promotores, constructores y un contratista de la obra de un chalet de Bendinat fueron condenados ayer por la muerte de un trabajador de 49 años que se precipitó por el hueco del ascensor en julio de 2006.
Los hechos ocurrieron cuando la víctima trabajaba junto a un compañero. Ambos eran carpinteros y colocaban un revestimiento de madera en torno al hueco del montacargas. Para trabajar en la primera planta -la casa tenía baja y una altura- los operarios habían colocado una estructura de andamios con unos tablones. La víctima dio unos pasos hacia atrás para coger perspectiva y ver cómo quedaba su trabajo. Se cayó por un hueco de ochenta por noventa centímetros y se golpeó con el suelo desde una altura de 4,6 metros.
A consecuencia de la caída el carpintero sufrió una fractura de cráneo y una hemorragia grave, además de lesiones en el tórax. Falleció de manera casi instantánea. El trabajador estaba casado y tenía tres hijos.
De estos hechos estaban acusados por una serie de negligencias los administradores de la inmobiliaria que construía la casa, además del administrador y el jefe de obras de la empresa constructora. El quinto acusado es el jefe directo de los dos carpinteros.
El relato del Ministerio Fiscal con el que se declararon conformes los cinco señala que la decisión de recubrir con madera el hueco se tomó por parte de los promotores cuando la obra estaba casi acabada. De esta decisión no se informó a los responsables de seguridad y, de esta manera, los trabajos se realizaron al margen del plan general de la obra. Así, los operarios de la empresa que colocaba la madera no tuvieron ningún tipo de instrucción para desarrollar su tarea y carecían de ningún tipo de arnés o de sujección para su tarea.