El Cuerpo Nacional de Policía tiene plenamente identificado al ‘francotirador' que el pasado miércoles por la tarde, durante una redada en el poblado de Son Banya, disparó un perdigón a uno de los agentes actuantes alcanzándole en el cuello.
A raíz del citado incidente, la Jefatura palmesana decidió poner en marcha la ‘operación Cerrojo'. Un castigo en forma de blindaje del poblado donde todo el que entra o sale es controlado.
Esta «asfixia» del poblado ya ha tenido sus primeras consecuencias. Fuentes próximas al caso han confirmado a Ultima Hora que, desde el pasado jueves hasta última hora del domingo, las pérdidas por el cerco policial al poblado de Son Banya ya superan los 450.000 euros.
Sin duda alguna, el negocio de la droga es muy rentable y los beneficios del mayor supermercado del tráfico de sustancias estupefacientes de Balears son muy elevados.
Los investigadores cifran que, aproximadamente, cada punto de venta del poblado chabolista vende al cabo del día unos 100 gramos de droga. En su gran mayoría se trata de cocaína, pero también existe un pequeño porcentaje de heroína. Partiendo de la base que cada gramo se vende a 60 euros y que, actualmente, el número de puntos de venta de droga del poblado ronda entre los 18 a 20, las pérdidas diarias de cada uno de los puntos asciende a unos 6.000 euros. Si a esa cantidad la multiplicamos por los 20 distribuidores de droga que trabajan activamente en Son Banya nos ofrece un resultado orientativo de 120.000 euros diarios de pérdidas.
Además, cabe destacar que el cerrojo al poblado se está realizando en fin de semana. Viernes, sábados y domingos, especialmente de 19 horas hasta las 23.30 horas, son los periodos de mayor actividad de compra.
Por otra parte, el Cuerpo Nacional de Policía, tiene constancia de que el autor del disparo que impactó en uno de sus agentes el pasado miércoles es uno de los miembros del clan de ‘Los Valencianos'. Está totalmente identificado, pero la policía está esperando que sean los propios residentes del poblado quien procedan a su entrega. De esta manera, se evitaría cualquier tipo de altercado y se daría un escarmiento público para el autor que vería como su propia gente censura su actuación y lo entrega a la Policía Nacional para que lo detengan.
Por el momento, el cerco seguirá patente hasta que el ‘francotirador' reciba su castigo.