«Atraparlo ha sido un trabajo de muchísimo tiempo. Hacía mucho que no nos encontrábamos con un presunto ‘capo' de la droga tan escurridizo». La Guardia Civil llevaba años tras la pista de Yousef A., el supuesto jefe del clan que controlaba la venta de droga en Inca. Su detención se convirtió en una fijación para los investigadores, que finalmente lo capturaron el pasado viernes, en una espectacular operación con perros adiestrados, agentes encapuchados y un helicóptero.
El marroquí contaba con antecedentes policiales por lesiones, amenazas y otros delitos, pero nunca se había podido probar que estaba detrás de la mayor organización de ‘narcos' de la comarca. El bar de su propiedad, frecuentado por muchos consumidores de la zona, también fue objeto de vigilancias continuas, pero nunca se descubrió un envío significativo de droga.
En otra ocasión, Yousef fue interceptado en un presumible control «rutinario», cerca de Alcúdia. Iba con unos amigos y el grupo y el vehículo fueron examinados a conciencia, aunque no se encontró nada. La frustración policial fue en aumento, ya que los investigadores estaban convendidos de que era un traficante muy activo, pero no podían probarlo. El sospechoso llevaba una vida muy normal: nada de ostentaciones y visitas casi diarias al gimnasio. Su coche era un Audi A4 familiar con bastantes años de antigüedad. Otra dificultad añadida que los agentes encontraron es que su clan era hermético y familiar, sólo sus allegados más íntimos conocían sus movimientos. La segunda fase de la operación Amanecer Blanco supuso la caída final de Yousef. El magrebí, esposado, fue paseado por distintas partes de la ciudad y los agentes lo mantuvieron en la calle, junto a ellos, mientras examinaban de forma minuciosa su coche.
Juntando las dos fases, la Guardia Civil se ha incautado de 200 gramos de cocaína, 6 kilos de hachís y más de 100 de marihuana. Yousef y los otros detenidos declararán mañana ante el juez.