«Vimos llegar a los dos chicos, se bajaron de la bicicleta y, sin mediar palabra alguna, comenzaron a darnos patadas y agredirnos. No entendemos nada de lo que sucedió ni los motivos de la agresión». Así de claro se muestran Ángel y su compañero, los dos mendigos que, en la madrugada del pasado martes, fueron supuestamente agredidos por dos menores de 17 años de edad en la calle Blanquerna, de Palma.
Los indigentes nos reciben en la Casa de Familia, una residencia en la que reside habitualmente Ángel. «Yo ahora vivo en la residencia, pero no me olvido de los amigos. Me acerqué el otro día a la calle Blanquerna y me encontré con mi compañero. Decidimos ir a ver al sacerdote de la iglesia de Santa Catalina Tomàs. El cura es un buen hombre que, de vez en cuando, nos carga la tarjeta del móvil para que podamos llamar a emergencias por si nos sucede algo o recibir llamadas de los centros de acogida o familia. Mi amigo iba un poco tocado y cayó al suelo. En ese momento fue cuando vimos llegar a los chicos con la bicicleta y comenzó la agresión. Yo iba un poco mejor y traté de interponerme entre ellos para que no le agrediesen, pero lo único que conseguí es que me pusieran fino a mi también», relata Ángel.
A consecuencia de los golpes recibidos, las víctimas tuvieron que ser atendidas por personal sanitario del SAMU-061 que se desplazó al lugar del suceso.
«Me pusieron cinco grapas en la cabeza. Me hicieron una brecha que brotaba mucha sangre y, sobretodo, tengo hematomas por todo el cuerpo. Me duele todo. La peor parte se la llevó mi amigo. Estaba muy tocado de una rodilla y los chicos se cebaron con ella. Ahora su movilidad es muy reducida», concluyen. Los mendigos no piden nada y se muestran felices con lo que tienen, pero solicitan justicia para que hechos delictivos como los que sufrieron no los padezca nadie más.