Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se han hecho cargo de la investigación de la muerte de un indigente que fue localizado ayer por la mañana en la plaza de la Reina, de Palma. Concretamente, sobre las 7.50 horas, un operario de Emaya que estaba limpiando la zona se percató de que uno de los indigentes permanecía tendido en un banco y que estaba muerto.
Rápidamente, una ambulancia medicalizada del SAMU-061 y agentes de la Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía se personaron en el lugar. El facultativo desplazado certificó la muerte y se comunicó el óbito al juzgado de guardia.
Se trata de un varón de nacionalidad alemana indocumentado, de unos 50 años, que llevaba varios años viviendo en la indigencia en la zona rodeado de basura y ratas.
Paradójicamente, el cadáver se encontraba a unos 10 metros de distancia de una de las principales paradas de autobuses de la EMT, frente al Palau March, una de las casas señoriales más importantes de la capital balear. A lo largo del año, varios millones de usuarios utilizan el servicio público de transporte y los millones de usuarios han podido ver las condiciones de insalubridad en las que viven los indigentes de la zona.
El resto de mendigos de la zona lamentaban su pérdida. «Era un buen hombre. Primero estaba en el banco, pero al poner barrotes se cambió de sitio. Cada día se bebía unos cuatro o cinco cartones de vino. Era feliz y no se metía con nadie», añaden.
Hace unos días, el fallecido tuvo que ser atendido en un PAC cercano y le tuvieron que colocar una escayola en una mano que se fracturó cuando un grupo de mendigos lo tiraron al agua de la fuente porque el olor que desprendía era insoportable.
Por su parte, a falta de confirmación oficial, el Grupo de Homicidios del CNP descarta la mano criminal y todo apunta que la muerte se debió a causas naturales.