Una negligencia provocó ayer un devastador incendio forestal en Andratx que desencadenó un gran despliegue de medios y mantuvo en vilo a los vecinos del municipio, especialmente a todos aquellos que fueron evacuados de sus viviendas o les prohibieron acceder a las mismas hasta que el fuego quedara controlado. Ayer por la noche las llamas seguían avanzando sin control y una primera estimación cifraba en 800 las hectáreas de masa forestal arrasadas por el fuego.
El incendio se inició por una imprudencia a las 12.27 horas. Según explicó el alcalde de Andratx, Llorenç Suau, a pesar de que está prohibido, un vecino de Son Curt estaba realizando una quema de rastrojos, restos de poda y otros desechos en su finca. El fuego se descontroló y los bomberos se desplazaron al lugar para extinguirlo. Estuvieron a punto de controlarlo pero hubo varias ráfagas fuertes de viento que lo reactivaron.
Miguel Ángel López, vecino de la zona explicó: «Empezamos a ver un poco de humo y diez minutos después había un frente de tres o cuatro kilómetros y humo por todo». El fuego se desplazó por sa Coma Calenta, atravesó la carretera de Estellencs en dirección a sa Coma Calenta y continuó en dirección a sa Gramola, la trapa, Estellencs y es Capdellà.
El alcalde Llorenç Suau siguió las labores de extinción en todo momento y manifestó que «el viento y el calor han dificultado mucho la lucha contra el fuego, ha habido una lengua de fuego de cinco o seis kilómetros que avanzaba muy rápido y las llamaradas han atravesado la carretera de Estellencs, que hace de cortafuegos».
Suau destacó el trabajo de los equipos de emergencia y de muchas otras personas «que han prestado su ayuda».
Las carreteras de Andratx a Estellencs y de Andratx a Es Capdellà fueron cortadas por precaución.
La consellera de Administracions Públiques del Govern, Núria Riera, acudió a media tarde al municipio y más tarde se desplazaron hasta Andratx el president del Govern balear, José Ramón Bauzá; el conseller de Medi Ambient, Gabriel Company; y la delegada del Govern, Teresa Palmer, entre otras autoridades, para conocer de primera mano la magnitud del desastre.