Delito no, pero «graves irregularidades» sí. La Fiscalía ha archivado unas diligencias abiertas para investigar una denuncia sobre manipulaciones de controles de alcoholemia por parte de la Guardia Civil de Tráfico. Las conclusiones son que se produjeron errores en controles masivos contra el alcohol pero que, sin embargo, no existió intención por parte de los 26 agentes de Tráfico implicados en estas prácticas. Al no apreciar dolo se indica que no hay un delito de falsedad documental, tal y como se denunciaba. Sin embargo, la fiscal instructora sí considera que se pueden desprender sanciones disciplinarias.
Los hechos se refieren a controles realizados en 2010 y 2011 en los que se duplicaron alrededor de 170 documentos. El problema es que los agentes ignoraron el procedimiento al realizar controles multitudinarios en los que los guardias trabajaban «en cadena» y los conductores se acumulaban a la espera del segundo análisis. Después, los responsables del control se repartían las denuncias entre ellos, de manera que se generaban los errores.