La Policía Nacional ha detenido en Palma a tres personas, dos hermanos de 46 y 32 años y la esposa de uno de ellos, de 26, todos de origen marroquí, por favorecer la inmigración ilegal, falsificación de documentos, venta de contratos laborales y explotación de unos doscientos trabajadores de la construcción.
Los arrestados impedían a los trabajadores hablar entre ellos para evitar que unos conocieran las condiciones de los otros, informa la Policía.
Con estas detenciones la Policía da por finalizada la operación RIF contra un grupo familiar dedicado a estas actividades y ha puesto a los arrestados a disposición judicial.
La Policía tuvo conocimiento a mediados del mes de mayo de un pequeño grupo familiar muy bien organizado y que a través de un entramado de empresas se venía dedicando a la venta de contratos de trabajo, a la explotación de mano de obra y a la falsificación de documentos, siendo la mayoría de las víctimas también marroquíes.
Los investigadores comprobaron el gran temor de las víctimas hacia los hermanos, administradores de varias empresas dedicadas a la construcción.
Las condiciones de trabajo impuestas anulaban cualquier derecho, incluido el hablar los trabajadores entre sí para evitar que unos conocieran las condiciones laborales de los otros, y además no tenían vacaciones ni podían ausentarse por enfermedad y hacían horas extraordinarias sin cobrar.
Algunos trabajadores procedían de Marruecos y se veían obligados a pagar una deuda que podía oscilar entre los 4.000 y los 10.000 euros que tenían que devolver trabajando gratis o siéndoles descontada parte de sus retribuciones.
En otras ocasiones simplemente los detenidos vendían a las víctimas contratos de trabajo sin contenido alguno, únicamente para su regularización en España y obtener los correspondientes beneficios sociales o incluso para presentar en bancos y obtener préstamos hipotecarios.