«Actúan como comandos». El Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Palma llevaron a cabo ayer una redada contra las prostitutas nigerianas que asaltan a turistas bebidos y constataron que las mujeres trabajan con tácticas casi militares.
Las africanas, a su vez, son explotadas por organizaciones criminales, que les exigen hasta 40.000 euros para 'trabajar' en s'Arenal durante la temporada alta. En el despliegue policial del lunes por la noche, los agentes comprobaron que las subsaharianas se apuestan en lugares estratégicos, cerca de los hoteles de los turistas. De vuelta a su habitación, el veraneante debe pasar necesariamente por ese tramo, cayendo en la trampa.
La víctima elegida siempre va muy bebida, por lo que o bien acepta las relaciones sexuales y de repente es desvalijado, o bien se resiste y recibe una paliza. Además, casi nunca puede identificar a las agresoras. Las africanas cuentan con permiso de residencia, la mayoría de ellos conseguidos a través de matrimonios de conveniencia o con una inscripción en los registros como parejas de hecho. La operación de ayer se saldó con una prostituta detenida y trece más identificadas.