El ex comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional Serafín Castro, jefe de la investigación sobre la desaparición de los niños Ruth y José, estaba convencido desde el primer momento de que «estaban en la finca sí o sí».
Durante su declaración ante el jurado popular que juzga a José Bretón, padre de los niños y acusado de dos delitos de asesinato, Castro ha manifestado que en un caso como este se analizaron «las variables espacio y tiempo» y se llegó al convencimiento de que los niños «llegaron a Las Quemadillas y no salieron de allí».
El comisario ha asegurado que Bretón fue sospechoso «desde el primer momento», si bien no tuvo conversación alguna con él «hasta que fue detenido» nueve días después de la desaparición.
Castro ha resaltado tres episodios concretos con Bretón durante los registros de la finca de «Las Quemadillas» y que fueron «significativos» para mostrar la actitud «fría» del acusado, como si «la fiesta no fuera con él».
Ha relatado que en un momento en el que quiso hacer un receso en los registros para comer, Bretón dijo «que quería seguir y que invitaba a todos los agentes a comer», mientras que en otro momento, cuando Castro le dijo que la teoría del parque está «desmontada», el acusado le confesó que era algo que «no controlaba».
En una tercera ocasión, cuando se estaban registrando los «techos y las paredes» de la casa de la finca «me dice que la que estoy montando», ha dicho el comisario, quien le pidió a Bretón que le dijera «dónde están los niños» y éste le respondió: «no te lo puedo decir».
Por otro lado, el jefe de la investigación ha señalado que las pesquisas se ampliaron al exterior de la finca para «comprobar todas las informaciones, aunque no llegaron a nada», si bien las posibilidades de que los niños estuvieran fuera «se reducían al 5 o 10 por ciento».
Castro ha asegurado que cuando se descubrió la hoguera que Bretón hizo el día de la desaparición «se supo que era importante para la investigación», por lo que los restos óseos hallados «se recogieron y precintaron perfectamente al ser piezas de convicción».
El comisario ha achacado a un «error humano» el hecho de que la perito que analizó dichos huesos «dijera que eran de animal», mientras que ha defendido la «cadena de custodia» de las pruebas.
Además, ha apuntado que «subjetivamente» todos los datos llevan a pensar que Bretón «los ha matado», aunque objetivamente «falta la prueba definitiva del ADN», si bien con la investigación «queda claro lo que ha ocurrido».