Con un leve retraso de varios años, ayer se inauguró el nuevo cuartel de la Guardia Civil de Calvià. El recinto, que alberga 32 viviendas para agentes, acogerá a una plantilla de 160 guardias civiles y supone que, por primera vez, la Benemérita cuente con un cuartel digno en un municipio tan turístico. La sombra del último atentado de ETA en Palmanova -cuartel que carecía de medidas de seguridad apropiadas- planeó durante todo el acto.
El nuevo cuartel, situado en el polígono de Son Bugadelles, se levanta sobre un solar de 3.150 metros cuadrados y consta de dos bloques con casi 6.000 metros cuadrados construidos en total. El coste ha sido de 4,2 millones de euros y comenzó a construirse en 2008, en unos terrenos cedidos por el ayuntamiento de Calvià. Los problemas se sucedieron y hasta ayer no fue posible inaugurar el edificio. El president José Ramón Bauzá; la delegada del Gobierno, Teresa Palmer; la presidenta del Parlament, Margalida Durán y el alcalde de Calvià, Manuel Onieva, acompañaron al coronel Basilio Sánchez Rufo y a la Guardia Civil en la inauguración de ayer, a la que también acudieron la consellera Núria Riera y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Antoni Terrassa. El acto debía estar presidido por el director general de la Guardia Civil, pero la delegada lo excusó «por motivos de agenda». Bauzá subrayó que «a las familias de Diego y de Carlos (asesinado por ETA) les corresponde, sin duda, una parte de la satisfacción» por la puesta en marcha de las nuevas instalaciones del instituto armado en Calvià, que permiten superar las «numerosas deficiencias» del viejo cuartel de Palmanova. Palmer también recordó el último atentado terrorista mientras que Onieva atribuyó la finalización del cuartel a la «sensibilidad» del «Gobierno de Mariano Rajoy», y recordó que el suyo es uno de los municipios de España donde la Guardia Civil tiene más trabajo.