Pudo acabar en tragedia, pero afortunadamente la historia tuvo un final feliz. «Entramos a nadar en la playa del dique del Oeste, pero poco a poco, el fuerte oleaje nos llevó hacia dentro del mar. Intentamos salir, pero una corriente interna nos arrastró hasta unos 500 metros de la entrada de la playa. El oleaje nos empujaba y nos lanzó con gran fuerza contra las rocas. Pensábamos que íbamos a morir. Sólo recuerdo que el agua nos empujaba y chocábamos contra las rocas. Tengo sangre por todas las piernas», relataba la pareja de turistas británicos que tuvieron que ser rescatados en un complejo operativo que se prolongó cerca de dos horas.
Los Bombers de Palma, Salvamento Marítimo, Guardia Civil y Policía Portuaria tuvieron que esforzarse para llevar a cabo un rescate que no pudo hacerse por mar debido a la fuerza del oleaje y a la peligrosidad que representaba. Finalmente, el mismo se hizo por tierra .