Una escaladora suiza de 50 años cayó ayer desde diez metros de altura mientras practicaba rápel en la montaña de Cap Andritxol. En el rescate de la deportista, que se había roto la cadera, participaron bomberos, guardias civiles y el helicóptero de la Benemérita, que finalmente la evacuó hasta el hospital.
Sobre las dos menos cuarto de la tarde, los equipos de emergencia fueron alertados de un accidente de montaña en la zona de Garrafa, junto a los depósitos de agua de Cap Andritxol, en el municipio de Andratx. Se trata de una colina frecuentada por excursionistas y sobre todo por escaladores, donde los percances son habituales. En un primer momento se informó que se trataba de un varón, aunque después se confirmó que la víctima era suiza y que había caído desde diez metros de altura. Algo había fallado con las cuerdas de sujeción y la mujer se estrelló contra la rocas. «Teniendo en cuenta la caída, todavía ha tenido suerte. Podría haber muerto», explicó uno de los participantes en el operativo.
Cuando los funcionarios llegaron hasta la señora, comprobaron que las lesiones le impedían moverse y que estaba muy dolorida. Además de la fractura en la cadera, presentaba otras heridas.
Los expertos en rescates en montaña la inmovilizaron en una camilla y la subieron hasta la cima, para que el helicóptero de la Guardia Civil pudiera acercarse. Sin embargo, la maniobra fue compleja porque había árboles en los alrededores y el aparato no pudo posarse por completo. Al final, con todo, la excursionista pudo ser subida al helicóptero, que la trasladó hasta un hospital.
Cuando acababa el rescate, unos extranjeros subieron la montaña con un niño de dos años a cuestas. Otra imprudencia más.