Un entrenador de fútbol de un equipo de barrio de Palma aceptó ayer una condena de dos años de cárcel por abusar de dos menores de edad a los que tenía en un equipo. La defensa del acusado, el letrado Miquel Cardell, la Fiscalía y la acusación particular alcanzaron ayer un acuerdo en el que se reconocía al entrenador una eximente incompleta. Las partes entienden que cuando ocurrieron los hechos en la primavera de 2011 el acusado actuó bajo la influencia de un trastorno mental severo. De esta manera, junto a la pena de prisión se le impone la obligación de seguir un tratamiento psiquiátrico durante cinco años.
Según los hechos que aceptó el acusado -que tiene 22 años- se ganó la confianza de los dos menores y entonces «procedió a exigirles que realizaran con él actos de contenido sexual», algo que ocurrió en al menos cuatro ocasiones en esos dos meses. El escrito describe cómo llegó a intentar que uno de los niños le penetrara y que, al menos en una ocasión obligó al otro a que le practicara sexo oral.
Para conseguir que los dos menores accedieran a esas prácticas, el ministerio fiscal afirma que el entrenador les atemorizaba: les amenazaba con echarles del equipo o con contar a la policía lo que estaban haciendo. Incluso amagó con intentar suicidarse si no hacían lo que él quería. También les compensaba con pequeños regalos. A través de los menores el acusado llegó a trabajar de voluntario para el GREIM del barrio.