Ni rastro de Brahair y José Luis. Unos cincuenta efectivos de búsqueda, apoyados por helicópteros y lanchas, peinaron ayer por tierra, mar y aire Cala Mendia y sus alrededores en busca de los dos jóvenes tragados el miércoles por una ola. El gran despliegue finalizó sin resultados y hoy está previsto que continúe.
Con las primeras luces del día, guardias civiles, policías locales y efectivos de Salvamento Marítimo se movilizaron en busca de los dos jóvenes sudamericanos, de 23 y 20 años de edad.
El estado de la mar no era tan malo como el del día del accidente, por lo que las lanchas pudieron maniobrar sin tantos problemas. Sin embargo, todavía perduraba el temporal.
El principal problema consistía en que las aguas estaban muy revueltas y la visibilidad era casi nula, lo que impedía la participación de los submarinistas. Los familiares de Brahiar y José Luis siguieron las tareas de búsqueda desde las rocas, muy angustiados y conscientes de que las posibilidades de hallar a alguno de ellos con vida son muy escasas.
Por la tarde, tras un breve receso, continuó el dispositivo de búsqueda, con idéntico resultado infructuoso. El único sobresalto de la jornada fue cuando algunos familiares detectaron en el mar, a lo lejos, un bulto negro. El helicóptero sobrevoló la zona y una lancha se desvió hacia ese punto. Al final, resultó ser un submarinista que realizaba inmersiones por su cuenta en la zona y que fue conminado a que saliera de Cala Mendia.
Otro señor de edad que también se introdujo en la playa para darse un baño también fue amonestado para que se marchara.
Brahiar y José Luis trabajaban como montadores de mamparas para un hotel de la zona y el miércoles se subieron a una roca para que un amigo les sacara una foto, con el mar embravecido de fondo. De repente, una gran ola se los tragó a los dos.