El yate Calimero , de 23 metros de eslora, se hundió en la mañana de ayer en aguas de Portocolom (Felanitx). El mar estaba en calma total y ahora el Servicio Marítimo de la Guardia Civil investiga las circunstancias del naufragio.
Sobre las siete de la mañana, los responsables del club náutico descubrieron el hundimiento y dieron la voz de alarma. La embarcación, de bandera inglesa, había sido puesta a punto recientemente en Alcúdia y desde el sábado estaba amarrada a una boya en Portocolom, a 300 metros del muelle.
«El mar era una balsa, como pocas veces se ve en noviembre. No puede haber sido un temporal, así que estamos investigando otras opciones», explicó un mando de la Comandancia de la Guardia Civil. Hasta el punto del naufragio se desplazaron efectivos de Salvamento Marítimo, que desplegaron barreras anticontaminación para evitar que se vertieran al mar los 400 litros de combustible del Calimero . Algunas cantidades de fuel llegaron finalmente al agua, pero fue en proporciones pequeñas y de mínimo impacto ambiental.
Por la tarde, a eso de las tres, los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil llegaron a la bahía y realizaron algunas inmersiones para aclarar si el casco estaba dañado o si se apreciaban indicios que pudieran explicar el súbito hundimiento. La nave quedó posada a unos tres metros y ochenta centímetros de profundidad, con escasos daños aparentes. En las inspecciones, no se detectó ninguna vía de agua visible. Está previsto que se utilicen unos grandes flotadores para reflotar el yate y trasladarlo al dique seco, donde se podría determinar con exactitud qué le ocurrió.
Antoni Deudero, director general de Ports del Govern, y Biel Tauler, el alcalde de Felanitx, siguieron en directo los trabajos de Salvamento Marítimo y la Benemérita y se mostraron aliviados cuando se descartó el vertido.