Un grupo de desconocidos se ha tomado al pie de la letra eso de que lo que se encuentra en el mar es para el descubridor. El catamarán valorado en más de 1 millón de euros que se estrelló contra las rocas en el Port d'Andratx, a causa del temporal, era una tentación demasiado apetitosa y en las últimas horas han desaparecido piezas y efectos hundidos a poca profundidad.
En las noches siguientes al accidente, ocurrido el pasado lunes, fueron visto grupos de cuatro o cinco personas merodeando sobre las rocas, y algunos dentro del agua. El catamarán Ifalkin , de veinte metros de eslora y bandera británica, es propiedad de un acaudalado austríaco.
Accidente
Tras la colisión contra las rocas, la embarcación quedó destrozada y los restos esparcidos en la zona, azotados por el viento de Ponent que la impulsó contra la costa.
En el barco había neveras, botelleros, un motor fuera borda de gran potencia, varios radares, antenas, ropa de marcas de lujo, baúles, botes salvavidas y otros efectos, la mayoría de los cuales quedaron desparramados en la zona. El dueño recuperó algunos, pero el temporal hacía desaconsejable acercarse a las rocas. Poco después, el tiempo cambió y el temporal amainó. Sin embargo, unos desconocidos se le adelantaron y visitaron la zona antes de que él llegara. En la segunda y tercera noche se repitió la expedición, aunque no está claro si se trataba de los mismos «exploradores» o de otros nuevos.
Durante estos días, pero por la mañana, algunos operarios se han esforzado en recuperar trozos del gran catamarán, para evitar un impacto ambiental en el Port d'Andratx.
Los restos han sido introducidos en sacas, colocadas sobre algunas plataformas. Las tareas de limpieza durarán varios días más.
Por otra parte, fuentes policiales consultadas indicaron ayer que ni la Guardia Civil ni la Policía Local han practicado detenciones por el desvalijamiento del catamarán Ifalkin .