La Fiscalía pide seis años de cárcel para un supuesto bróker y cinco para un director de banco por una estafa en Palma con decenas de afectados que dejó un agujero de cuatro millones de euros.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, desde un despacho en la plaza de la Reina y luego en Portals Nous se puso en marcha una complicada trama financiera que refleja una clásica estafa piramidal. En 1999 el acusado montó una gestoría que al principio funcionó de manera convencional. Tres años después comenzó a hacerse pasar como representante de una agencia de valores y a ofrecer unos servicios de inversión en bolsa. El problema es que, según el fiscal, el acusado no tenía autorización administrativa para ejercer de agente en bolsa. Con todo, el ministerio público sostiene que ni un sólo euro fue a parar a los parqués. Se quedaba en una cuenta corriente del acusado.
Parte del dinero sí volvió a los inversores. De hecho, el acusado mandaba informes a los clientes en las que les anunciaba movimientos muy rentables que en realidad no se habían producido. Si alguno pedía el dinero se le devolvía en un principio a cargo de lo pagado por el resto de inversores. El papel del director de banco era de intermediario a cambio de una comisión. Según Fiscalía conocía la trama.