El Tribunal Supremo ha confirmado la condena que impuso la Audiencia Provincial a un agente de la Guardia Civil que intentó suplantar a otro en la cama. El acusado tendrá que cumplir una pena de cuatro años y mes de cárcel.
Los hechos ocurrieron en julio de 2007. El acusado -un hombre de 46 años que estaba destinado en Tráfico- llegó en torno a las ocho de la mañana al piso que compartía con otros guardias. Uno de ellos se encontraba en la cama con una mujer. Ambos dormían. El agente decidió meterse él también en la cama. Se colocó a la espalda de la víctima y la penetró. La pareja se despertó en ese momento. El hombre pensó que ambos habían iniciado una relación voluntaria y se comenzó a vestir confuso. En ese momento, la víctima se percató del engaño. Airada se fue de la casa y denunció lo ocurrido.
En el juicio estuvo también acusado el hombre que estaba en al cama con la joven que fue absuelto.
Posturas
El guardia civil condenado argumentaba ante el Tribunal Supremo lo mismo que hizo en el juicio: que se trató de una relación consentida y que la mujer le denunció porque se había corrido la voz de los compañeros de la soldado denunciante lo ocurrido. El Supremo descarta esta opción. Tampoco tiene en cuenta los problemas que planteaba la defensa a la verosimilitud de lo ocurrido por la postura de acusado y víctima en ese momento. Señala que los hechos sucedieron en cuestión de segundos, por lo que es normal que hubiera discrepancias en el relato. El Supremo cree que los hechos tienen suficiente corroboración por lo declarado en el juicio por el compañero del acusado.