La Fiscalía solicita penas de 24 años de prisión para cada uno de los tres jóvenes que serán juzgados desde el próximo miércoles en la Audiencia de Palma acusados de asesinar a Manuel Sánchez, un jubilado al que supuestamente golpearon hasta la muerte y robaron en su casa del barrio palmesano de Son Gotleu.
Los hechos que juzgará la sección segunda de la Audiencia Provincial ocurrieron el 26 de marzo del año pasado en el domicilio de la víctima, un hombre de 67 años que vivía en la calle San Rafael, y los tres acusados, dos de ellos presuntos autores directos y otro inductor y cooperador, son ciudadanos búlgaros identificados como M.S.I, de 25 años, A.T.K., de 29, y Y.T.A., de 22 años.
El fiscal señala en su escrito de acusación que la víctima contactó por teléfono ese día con M.S.I. para solicitarle que acudiera a su casa junto con A.T.K. para mantener relaciones sexuales con él a cambio de dinero, algo que ya había ocurrido en anteriores ocasiones.
Estos jóvenes sabían por su compatriota Y.T.A., quien mantenía una relación sentimental con el jubilado, que éste guardaba en su vivienda una importante cantidad de dinero proveniente del cobro de su plan de pensiones, añade la acusación pública.
El fiscal entiende que los tres acusados se habían concertado para robar a Manuel Sánchez «asumiendo que para evitar ser descubiertos debían acabar con la vida» del hombre, lo que finalmente ocurrió.
Los dos jóvenes cuyos servicios sexuales habían sido solicitados por la víctima entraron en su casa, se tomaron unas cervezas con él y después le ataron de pies y manos y le amordazaron para sonsacarle a golpes dónde escondía el dinero.
El escrito de acusación recoge los múltiples politraumatismos en el cráneo y las fracturas de costillas que ocasionaron la muerte del hombre, que no reveló dónde escondía el dinero de su plan de pensiones.
Tras asesinarle, continúa el fiscal, los dos jóvenes registraron la casa y se llevaron unos 6.000 euros en metálico, un reloj, dos cadenas y dos anillos de oro, un teléfono y otros efectos, botín que posteriormente se repartieron los tres acusados.
Los jóvenes huyeron hasta Bulgaria, donde ocho días después del asesinato fueron detenidos a petición de los policías que investigaban el caso y más tarde extraditados a España, donde ingresaron en prisión preventiva.