«Si llegamos unos minutos más tarde, madre e hija estarían muertas». Así de claro y rotundo se expresaba Joan Ginard, oficial del GAP (Grupo de Actuación Preventiva) de la Policía Local de Palma.
«Cuando llegamos a la habitación nos encontramos dos mujeres tendidas en el suelo inconscientes y la habitación llena de humo. Tras abrir puertas, ventanas y sacar fuera el brasero comenzamos las maniobras de reanimación y estimulación. Tanto la madre como la madre tenían pulso y respiración muy débil. Estaban inmersas en lo denominado 'muerte dulce'», añade.
«El hijo, un chico de 15 años, fue el que se marchó de su casa sobre las 17 horas y, al regresar sobre las 22 horas, se encontró a su madre y hermana tendidas en el suelo y dio la voz de alarma. Fueron cinco horas de inhalación de humo que pudieron ser mortales».
Durante toda la jornada de ayer, el oficial no cesó de recibir felicitaciones de sus compañeros y mandos. Joan, se ha convertido en todo un héroe. La humildad y su modestia son sus marcas de identidad. No quiere ningún tipo de reconocimiento, según él, «yo sólo cumplí con mi obligación y me alegro mucho de poder ayudado a esta gente», concluye.
Madre e hija fueron atendidas en la cámara hiperbárica y evolucionan favorablemente en su domicilio.