La Fiscalía de menores de la provincia argentina de Mendoza ha dado por probado que un adolescente de 13 años es el autor de los crímenes de tres mayores y un menor que en diciembre conmocionaron a la localidad de Las Heras.
El cuádruple crimen quedó esclarecido tras confirmarse que fue hallado material genético de las víctimas en las ropas del adolescente y que sus pisadas aparecen en las manchas de sangre cerca de los cuerpos, precisaron fuentes de la investigación a los diarios Clarín y Tiempo Argentino. El crimen de Mónica Miguel, su hijo adoptivo, de 10 años, y sus padres ocurrió el 8 de diciembre pasado en la localidad de Las Heras, a las afueras de la capital de Mendoza, unos 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires.
Las cuatro víctimas murieron apuñaladas con dos cuchillos que fueron encontrados en el baño de la casa de la familia Miguel. El adolescente acusado, de acuerdo con las fuentes, se escapó por el patio de la casa y se dirigió a la vivienda de su abuela, y en su primera declaración judicial acusó por la masacre a «un encapuchado».
Sin embargo, días más tarde confesó que había matado al menor de 10 años «en defensa propia» y al argumentar que el chico había intentado asesinarlo como al resto.
Con los resultados de las pericias se logró comprobar que fue el adolescente de 13 años el autor del cuádruple crimen.
Al parecer, el mayor abusó del menor mientras ambos miraban imágenes pornográficas en un ordenador y, ante la recriminación de la madre del chico de 10 años, el agresor comenzó su ataque con los cuchillos.
La prensa publica los resultados de las pericias psicológicas hechas al adolescente, que indican que el menor se «muestra apacible» pero ante una situación fuera de su control es «proclive a los ataques de ira y a tener reacciones que demuestran su crueldad extrema».