El lunes, al mismo tiempo que el ex president Jaume Matas declare ante un tribunal, en el piso de arriba un hombre de 87 años será juzgado por asesinato. De ser condenado a los 20 años de cárcel que le reclama el ministerio fiscal, Miquel Llodrá saldrá de la cárcel con más de 105 años de edad.
El octogenario está acusado de asesinar a su mujer, Anne Wanjiru el 9 de noviembre de 2010. Según el relato de los hechos que hace el ministerio público en su escrito de conclusiones provisionales, el acusado arrolló a la mujer en la rampa de salida de la vivienda que habían compartido. La víctima tenía entonces 49 años de edad y era de origen keniano. Ambos tenían dos hijos en común. La acusación señala que desde hacía al menos un mes, el acusado vivía en una casa distinta. Esa mañana acudió a la vivienda en la que residía su mujer con sus hijos para recoger un busto que representaba a su hermana. Anne Wanjiru se despertó y se inició una discusión entre la pareja.
Llodrá consiguió llegar con el busto al coche, lo metió en el maletero y se subió. Sin embargo, su mujer se plantó delante del automóvil, un Citroën C3. La Fiscalía señala que en ese momento el acusado frenó y regresó al interior del domicilio. Al instante volvió a salir, pasó por delante de su mujer, que estaba sentada en el suelo y puso en marcha el vehículo. La fiscal sostiene que en ese momento, con intención de matar a la mujer, la atropelló. El cuerpo quedó debajo del vehículo y la acusación sostiene que Llodrá aceleró de nuevo hasta que el coche pasó por encima de la víctima y la arrastró unos siete metros. El acusado llevó luego junto a su hijo a la víctima al PAC de Pollença, donde la mujer falleció unos minutos después.
La defensa de Llodrá coincide con la versión de los hechos salvo por un detalle: sostiene que el acusado no sabía que la mujer estaba justo delante del vehículo. Y sostiene que fue ella quien asumió un «grave peligro».
Defensa
El escrito de conclusiones presentado incide en que era la víctima, Anne Wanjiru quien tenía un carácter conflictivo y violento que llevó a que fuera condenada en el año 2000 por clavar un cuchillo al acusado. También recuerda que, al menos en dos ocasiones, Miquel Llodrá había denunciado a su mujer por agresiones y que incluso había comenzado los trámites para obtener el divorcio.
De acuerdo con esta versión, el acusado avanzó despacio y pensó que había rebasado a su mujer, cuando en realidad la había arrollado y siguió la marcha hasta que oyó un ruido. La defensa califica los hechos como un homicidio imprudente y solicita que se apliquen al acusado atenuantes por confesar los hechos, por el deterioro cognitivo leve que sufre y por alteración psíquica. Así solicita una condena de seis meses de cárcel.