El presunto asesino de Abel Ureña, Paulo César Baptista, ha declarado este miércoles en los Juzgados de Ibiza por la muerte del joven catalán y ha negado haberla provocado, ya que, según ha defendido, el joven falleció accidentalmente al caer al suelo.
Según ha explicado a la salida de los Juzgados el abogado de Baptista, Andreu Van den Eynde, «Ureña -que trabajaba en el mismo local- habría sido sorprendido pasando droga a varias clientas del Ushuaïa Beach Club, lo que desencadenó los hechos, ya que el portugués era el jefe de seguridad de este establecimiento».
El letrado ha justificado la reacción del acusado, ya que «es un hombre que, por motivos personales, odia la droga» y ha contado que, incluso, antes de la agresión, el detenido intentó que Ureña fuera despedido.
Durante la declaración, se ha barajado también la posibilidad de que el catalán hubiera fallecido por el golpe en la nuca que sufrió al caer al suelo y no por el puñetazo que Baptista le propinó.
José Rofes Mendiolagaray, abogado de la familia del difunto, ha defendido que la muerte de Ureña fue un homicidio doloso y no un asesinato, por lo que la pena oscilaría entre los 10 y 15 años de cárcel.
«Si existe dolo o no, se verá en el juicio. Yo no lo voy a decidir. Estamos empezando y faltan una serie de pruebas por practicar en estos momentos. Más adelante ya veré qué pena solicitamos en función de los resultados de las pruebas», ha dicho el abogado de la familia.
Rofes ha asegurado que no es probable que Baptista tenga que volver a declarar. El abogado también se ha referido a la posibilidad de que el joven catalán hubiera muerto por un asunto de drogas. Ha dicho que «alguien que trafica con drogas, no tiene un coche de 11 años y 2.000 euros en la cuenta».
«Abel no traficó con drogas en su vida. Hay testigos que lo pueden confirmar», ha añadido el letrado.
DETENIDO EN HOLANDA
Baptista fue detenido el pasado mes de noviembre en Holanda, acusado de haber asesinado supuestamente este verano de un puñetazo al joven camarero de Rubí, Abel Ureña.
Cabe recordar que el presunto homicida llevaba desaparecido desde el pasado 19 de agosto tras asestar un mortal golpe en la mandíbula de Ureña supuestamente -según apuntan distintas versiones- por un asunto de drogas que mantenía el camarero con la novia de Baptista. Poco después, tras ser citado por la Guardia Civil, Julio Cesar Baptista desapareció de la isla.
Asimismo, Baptista está reclamado por la justicia portuguesa por dos condenas pendientes, que suman nueve años de cárcel, en este país por pertenencia a una mafia que actuaba en locales de ocio y de prostitución desde 2009.
Se da la circunstancia de que el portugués, experto en artes marciales, entró a trabajar en el establecimiento con una identidad falsa, ya que la justicia portuguesa le buscaba desde 2009 por su relación con la mafia de aquel país.
Abel Ureña, de 28 años, fallecía el pasado 4 de septiembre tras permanecer en coma inducido debido a la agresión de Baptista. Sus familiares y amigos han organizado en la isla varias manifestaciones desde entonces exigiendo justicia.