Menudo susto se llevaron ayer los transeúntes que paseaban tranquilamente sobre las ocho de la mañana por el paseo peatonal del Port d'Andratx y se encontraron con un rottweiler suelto, campando a sus anchas.
Rápidamente, comerciantes, vecinos y residentes llamaron al 112 y alertaron de que un perro potencialmente peligroso estaba suelto y de que, cuando la gente se acercaba, el animal les hacía frente.
En ese momento, una patrulla de la Policía Local de Andratx se personó en la zona y, al ver el tamaño del can, decidieron solicitar refuerzos mientras trataban de acordonar la zona. Acto seguido, se congregaron en el lugar cinco policías, varios integrantes de la perrera municipal, técnicos de medio ambiente y un veterinario.
El animal, a primera vista, parecía dócil, pero cuando los funcionarios se acercaban el perro mostraba signos de intentar atacarles, sin llegar a lanzarse sobre ellos.
En ese momento, el veterinario y los empleados de la brigada municipal sacaron unos lazos e intentaron separar al animal de la zona de paso de los vecinos. Una vez acorralado en un pequeño reservado particular, solicitaron a los policías que, como medida de protección, sacasen sus armas por si el animal se abalanzaba sobre ellos al tratar de capturarlo. Afortunadamente, con suma destreza, los profesionales consiguieron engancharlo e introducirlo en una jaula sin necesidad de utilizar la violencia.
El perro llevaba el correspondiente chip y los policías consiguieron identificar al propietario, que se personó en dependencias policiales. Los agentes lo sancionaron con 1.500 euros de multa y el animal está retenido hasta que el juez autorice la entrega a su legítimo propietario.