La nueva cúpula de la Policía Local de Palma ha dicho basta. Cada fin de semana, cientos de jóvenes se congregan en las proximidades del paseo Marítimo de Palma, Gomila y Son Armadans para practicar ‘botellones', no permitir el descanso de los vecinos y realizar numerosos destrozos en la vía pública.
Por ese motivo, en la madrugada de ayer, un dispositivo policial integrado por una treintena de efectivos realizaron una espectacular macrorredada contra el ‘botellón', sustancias estupefacientes y ordenanza de ruidos.
El despliegue se inicio a las 23,30 del viernes y finalizó a las cinco de la madrugada de ayer. En un primer momento, patrullas de paisano realizaron el recorrido trazado y fueron detectando los puntos en los que, tras su aviso, intervendrían las unidades uniformadas. Tras una breve reunión, a las 01.15 horas se inició el dispositivo en la calle L'Aigua Dolça. Allí se impusieron 36 denuncias por ‘botellón', tres por tenencia ilícita de sustancias estupefacientes y otras tres por incumplimiento de normativas. La noche prometía. El reloj marcaba las 02.10 horas y el parterre central de paseo Marítimo era tomado por los agentes. En esta ocasión se sancionaron a 23 personas.
A las 02.50 horas, el turno fue para la calle Torrente, allí se localizó jóvenes consumiendo drogas y se tramitaron 8 denuncias, cinco de ellas por ‘botellón'.
La noche continuaba y se llegó a uno de los puntos neurálgicos de la velada. Las calles Joan Miró, Federico García Lorca y, especialmente, la plaza Mediterráneo eran tomadas literalmente por las unidades de GAP (Grupo de Actuación Preventiva), UII (Unidad de Intervención Inmediata) y UNOC (Unidad Nocturna) y se localizaron armas, drogas, ‘botellón' y venta ambulante.
Se impusieron más de un centenar de multas. Cabe destacar, que al tratarse de un incumplimiento catalogado como muy grave, la sanción económica será de un mínimo de 1.500 euros y un máximo de 3.000. Los policías explicaron a los jóvenes que, en según que casos, pueden condonar su sanción por trabajos en beneficio de la comunidad.
El dispositivo estuvo dirigido por el inspector Guillem Mascaró y durante el mismo el mayor Rafel Estarellas estuvo presente.