La búsqueda de supervivientes entre los escombros de los edificios que se desplomaron en el terremoto del domingo en el este de Turquía continuaba ayer con un número creciente de víctimas, que, al caer la noche, había alcanzado los 279 muerto. En declaraciones a la cadena NTV, Nasuh Maruki, presidente de la Asociación Búsqueda y Rescate (AKUT), agregó que «en unos días» se habrán retirado todos los escombros para recuperar más cadáveres y posibles supervivientes.
Pero los expertos consideran que es primordial acelerar las tareas de búsqueda, pues el servicio estatal de meteorología pronostica temperaturas hasta por debajo de los cero grados centígrados en la zona del desastre, además de lluvias mañana y nevadas a partir del miércoles.
Existe también el peligro de más réplicas, como las más de 200 que ya se han producido, algunas de ellas de 5,7 grados, que los expertos prevén seguirán al menos durante dos semanas más.
El Gobierno turco también informó de que los equipos de rescate ya han llegado a todos los lugares afectados, incluidos los pueblos y aldeas de las montañas. Besir Atalay, otro de los viceprimer ministros, indicó que hay grandes daños en las viviendas de las aldeas afectadas pero que «al haber ocurrido el seísmo durante el día, la situación es relativamente positiva en cuanto a la vida de la gente».
Esto contrasta con la información recabada por Efe entre los equipos de rescate, que se quejan de la falta de material y de que la ayuda recibida -a pesar de la solidaridad mostrada por todo el país- no basta para suplir las necesidades básicas de los supervivientes.