La Policía Nacional reanudó ayer el rastreo de la finca ubicada en el polígono de «Las Quemadillas», en Córdoba, propiedad de los abuelos de los hermanos de 2 y 6 años desaparecidos el pasado 8 de octubre. Los agentes están utilizando radares especiales para buscar a los menores.
Fuentes cercanas a la investigación han informado de que los radares son necesarios para peinar una zona sospechosa que horas antes marcaron los perros que rastrearon un área de naranjos ubicada dentro de la finca registrada, que tiene una extensión de cerca de 10.000 metros cuadrados.
El padre de los menores, detenido el martes por su supuesta implicación en la desaparición al no ofrecer una versión coherente de los hechos, según las mismas fuentes, abandonó las dependencias policiales donde pasó la noche y fue trasladado hasta la finca con la presencia de su abogado.
Agentes de la policía judicial y científica también se personaron en el lugar para continuar con las pesquisas y tratar de encontrar algún rastro e indicio fiable para dar con el paradero de los niños, cuando se cumplen hoy trece días de su desaparición.
Según la versión ofrecida por el padre de los menores, al que en el momento de la detención se le leyeron sus derechos, los niños desaparecieron en el parque Cruz Conde de la capital cordobesa sobre las 18.30 horas del sábado día 8, cuando les perdió de vista un momento.
El caso ha pasado al Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba, mientras que el detenido podría pasar a disposición judicial durante el día de hoy.
La familia materna de los dos niños de 6 y 2 años, residentes en Huelva, mantiene las esperanzas aferrándose al hecho de que «no hay nada que apunte a que los niños no están con vida».