La tranquilidad que esta mañana reinaba en la zona de La Restinga, en el municipio herreño de El Pinar, se ha convertido en solo unas horas en alarma ante la posibilidad de que se produzca una nueva erupción volcánica en las cercanías de este pueblo pesquero, que ha sido desalojado como medida preventiva.
Pasado el mediodía de hoy, las autoridades han decidido elevar a rojo el semáforo de riesgo volcánico en la zona de La Restinga ante la previsión de un nueva erupción, después de que en la madrugada del lunes se detectara la primera a cinco kilómetros de la costa y a unos mil metros de profundidad bajo el Mar de Las Calmas.
De esta primera erupción la población no se enteró y fueron los expertos los que la advirtieron mediante una señal de tremor (un temblor continuo provocado por el movimiento del magma hacia la superficie), que al parecer se ha intensificado en las últimas horas, lo que hace predecir otra salida de magma, esta vez más cerca de la costa.
La población de La Restinga recibió con sorpresa la orden de desalojo preventivo pero en poco más de cuatro horas, el pueblo, en el que viven medio millar de habitantes, estaba vacío.
La mayoría de los desalojados han ido a casas de familiares o a otros domicilios que poseen en El Pinar y sólo han precisado ser reubicados unas 60 personas en la residencia de estudiantes de Valverde, según manifestó a Efe el alcalde de este municipio creado hace cuatro años.
En esta ocasión, los vecinos de La Restinga sí han mostrado preocupación y miedo y los empresarios de la zona, dedicados especialmente a la restauración y al buceo deportivo, han expresado su temor por la repercusión que para sus negocios puede suponer esta nueva incidencia en este fenómeno sísmico que desde el mes de julio se registra en la isla.
Es el caso de la dueña de uno de los restaurantes más conocidos de la zona a la que el desalojo la cogió preparando las comidas para varios grupos de turistas y ahora se pregunta quién asumirá los gastos por el cierre de su negocio.
El alcalde de El Pinar ha destacado que el desalojo ha sido ejemplar y muy pocos vecinos se han resistido a abandonar sus domicilios.
El director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Santana, ha explicado que la alerta roja solo es el municipio de La Restinga y ha preferido hablar de «traslado preventivo» antes que de evacuación porque, ha añadido, la situación puede cambiar con el curso de las horas y aún no hay certeza de que los vecinos de La Restinga tengan que pasar la noche fuera de sus casas.
Los equipos de Instituto Geográfico Nacional y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desplazados en la isla han detectado señales que indican que podría producirse una nueva erupción en aguas más superficiales y cercanas a la costa, donde la irrupción del magma podría provocar explosiones.
«¿Dónde va a ser exactamente? Todavía no sabemos. Pero cercana a la costa y con menor profundidad», ha apuntado Santana.
Por su parte, el presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, ha insistido en La Restinga que se traslada a la población para garantizar su seguridad ante una posible nueva erupción.
«Lo que se desconoce es cuándo saldrá, dónde y la virulencia», ha indicado a un grupo de periodistas Armas, que por ello ha explicado que es necesario garantizar que las personas estén a salvo.
Como Santana, el presidente del Cabildo ha incidido en que se trata de una «reubicación» de los vecinos y no de una «evacuación».
Desde Madrid, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha seguido la evolución de los acontecimientos informado por teléfono por el jefe del Ejecutivo canario, Paulino Rivero, y por un grupo de expertos reunido con carácter extraordinario en La Moncloa.