José Juan Puchal Pérez, el asesino confeso de Juana María Rebassa en enero de 2010, se sentará en el banquillo de los acusados el próximo lunes. El acusado se enfrenta a una posible pena de 20 años por el crimen. La Fiscalía solicita esta condena pero en su escrito de acusación señala que el complejo cuadro psicológico que sufre el acusado aconseja que su internamiento no sea en una prisión convencional sino en un psiquiátrico penitenciario. El juicio se celebrará con un Tribunal del Jurado a partir del lunes de la semana que viene. Los ciudadanos que formen la sala tendrán que decidir no sobre los hechos -una vez que el acusado los ha aceptado- sino sobre si el estado mental de Juan José Puchal permite acusarle del delito o le exime de cualquier tipo de responsabilidad por el crimen. Puchal necesita vigilancia médica de forma permanente y nunca se recuperará de forma plena de su enfermedad psiquiátrica. A un retraso intelectual suma brotes esquizofrénicos frecuentes. La Fiscalía en su escrito señala que la facultades de Puchal estaban «seriamente mermadas». Es decir, sí le considera responsable, si bien de manera parcial.
Piso tutelado
Puchal vivía en un piso tutelado por los servicios sociales junto a su pareja, Juana María Rebassa en la barriada de Camp Redó. Durante la madrugada del 21 de enero de 2010 aprovechó que su compañera dormía y se lanzó sobre ella y la estranguló. Después fue a la cocina a por un cuchillo que clavó varias veces a la víctima en el cuello. Para terminar, con un cúter le amputó los dos pechos. Vestido con ropa interior femenina huyó de la vivienda y deambuló por Mallorca durante todo el día hasta que fue detenido en Sant Llorenç después de una intensa búsqueda que movilizó a todos los cuerpos policiales de la Isla.