La Policía Judicial de la Guardia Civil detuvo ayer por la mañana al payés de Inca que el sábado disparó con una escopeta de caza contra un ladrón que había entrado a robar en su finca, tal y como adelantó ayer Ultima Hora.
Los agentes esperaron a que el herido, de 20 años, recibiera el alta médica en el hospital de Inca, donde ha permanecido hospitalizado. El lunes salió del centro y ayer por la mañana acompañó a los investigadores hasta la finca donde se registró el tiroteo. En un principio había explicado que el terreno estaba en el término de Muro, pero ayer los guardias confirmaron que pertenecía a Inca.
En concreto, se trata de una finca ubicada en la carretera de Inca a Llubí, y en los terrenos hay una plantación de marihuana, de considerable tamaño.
El ladrón sabía que en la casa había muchas plantas de esa sustancia y días atrás entró a robar, según ha contado ahora el detenido. El payés, alertado por el primer robo, montó guardia dando por supuesto que el joven volvería a por más droga, tal y como ocurrió el sábado.
El dueño de la casa, nada más detectar al intruso, salió con una escopeta del doce y le disparó a la altura del trasero. El marroquí cayó herido, con cincuenta perdigones incrustados en esa parte de su cuerpo, y el propietario se le acercó y supuestamente le amenazó de muerte, para que no volviera a poner un pie en aquellos terrenos.
Ayer por la mañana R.R.G., de 56 años, fue arrestado en su casa y reconoció el disparo, aunque matizó que no había tirado a matar. El acusado será puesto a disposición judicial en las próximas horas.
El herido, por su parte, también regresó ayer al hospital de Inca, porque se le ha complicado una de las heridas de perdigones, que le alcanzó un hueso.