La niña de 11 años que permanecía desaparecida desde hacía nueve días en Argentina, y cuyo caso mantuvo en vilo a las fuerzas de seguridad, apareció ayer muerta a la vera de una autopista a las afueras de Buenos Aires, dijeron fuentes del caso.
«Por Dios, me mataron a mi hija», afirmó Carola Labrador, la madre de Candela Rodríguez, al reconocer el cuerpo de la niña a un costado del Acceso Oeste, a la altura de la localidad bonaerense de Villa Tesei, relataron los portavoces.
El hallazgo de los restos se concretó a raíz de un llamado de una recolectora de residuos que pasaba por la zona, lo que motivó un amplio operativo policial al que se sumó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.
Poco antes de que se confirmara la identidad del cuerpo, el fiscal general de la localidad bonaerense de Morón, Federico Nieva Woodgate, quien tiene jurisdicción sobre Hurlingham, anticipó a la televisión local que se encontraron los restos de una menor «dentro de una bolsa, desprovisto de ropa y con la cara destrozada».
La niña había sido vista por última vez a pocas cuadras de su casa, a las afueras de Buenos Aires, el pasado 22 de agosto, luego de que saliera de su vivienda para encontrarse en una esquina cercana con unas compañeras de un grupo de niños exploradores.
Fuentes del caso dijeron que la madre recibió llamados antes del hallazgo del cuerpo en los que se le intimaba a pagar una supuesta deuda para que la niña fuera liberada.
«Devolvé la plata o la mato», indicó un hombre en un llamado cuya grabación fue divulgada por el canal C5N.
Dos millares de policías, varios perros rastreadores, más de un centenar de patrulleros y dos helicópteros participaron en estos días de más de un millar de operativos infructuosos de búsqueda de la menor desaparecida en la localidad de Villa Tesei, partido de Hurlingham.