Los detenidos de la 'operación Guaraná', efectuada en la madrugada del viernes al sábado en el poblado de Son Banya y Son Ferriol, fueron puestos en la tarde de ayer a disposición judicial. El juez ordenó el ingreso en prisión de Antonio Francisco T.V., de 43 años y dejó en libertad con cargos a los cuatro restantes. La operación se saldó con cinco arrestados pertenecientes a dos clanes diferentes, y la incautación de un kilo de cocaína, otro de heroína, 800 papelinas de heroína, 32.000 euros y siete armas de fuego. La operación antidroga, en la que se llevaron a cabo nueve registros, iba dirigida contra los clanes del 'Ico' y de 'Sansito', vinculados por parentesco al clan de 'La Paca', y contra el clan del 'Ove', uno de los más activos del poblado chabolista.
El inspector jefe de la UDYCO del Cuerpo Nacional de Policía, Toni Suárez, informó ayer a los medios que la operación se inició hace seis meses.
El sábado se registró una finca de 124.000 metros cuadrados en la localidad de Sencelles.
El inspector Suarez destacó que el descubrimiento de un punto de venta al por menor en la finca de Sencelles, lo que pronostica que cuando se desmantele Son Banya la venta de droga se trasladará a la Part forana. Esta hipótesis viene reforzada por las investigaciones realizadas y por las intervenciones consumadas en Inca, Lloseta, Sencelles y otros municipios de la Part Forana.
Además de 1.000 gramos de cocaína y otros 1.000 de heroína decomisados, así como 800 papelinas de heroína y 16 bolsas de marihuana, los agentes encontraron en los registros 32.000 euros en efectivo, dos escopetas de un solo cañón del calibre 12, tres revólveres, dos pistolas, y 400 cartuchos de munición para las mismas.
La Policía Nacional ha destacado la importancia de la incautación de las armas dado que la circulación de las mismas en el mercado negro es muy peligroso. De hecho, en algunos casos se utilizan para tomar venganza entre clanes como sucedió con el asesinato de 'La Parrala'. En los registros también se han encontrado 43 piezas de joyería que, según fuentes policiales, probablemente se habían fabricado con oro fundido procedente de robos.