La familia de Alejandro Ribas, bombero de Palma fallecido en acto de servicio el 6 de agosto del 2010 comunicó ayer oficialmente en rueda de prensa que habían interpuesto una reclamación por responsabilidad patrimonial contra Cort. Los interesados consideran que Alex murió por una sucesión de negligencias y el «deficiente funcionamiento de la Administración en la organización y ejecución del servicio de los bomberos». Oscar Ribas, hermano del fallecido, afirmó: «Esta convocatoria la realizamos porque los familiares estamos llenos de rabia e indignados de como se está llevando el proceso. Han transcurrido 10 meses desde aquel día y aún no tenemos una explicación oficial de lo ocurrido», destaca visiblemente afectado. «Yo soy bombero y se lo que ocurrió realmente. Con los mandos y con los políticos, todos saben lo que ocurrió, todos se llevan las manos a la cabeza y extraoficialmente no hay ningún problema en hablar de lo que ocurrió y en reconocer muchos errores, pero a la hora de hacerlo público, aquí nadie dice nada», destaca Ribas.
Alejandro Ribas, de 34 años, murió por un edema pulmonar agudo mientras participaba en la extinción de un incendio en un bar de la calle Andreu Feliu de Palma.
Según el relato de lo ocurrido que ofrece la reclamación presentada por los abogados de la familia, en el incendio se hundió un falso techo que provocó una intensa humareda en la que quedaron atrapados tres bomberos: uno fue rescatado con intoxicación, otro salió por su propio pie y Ribas fue hallado sin máscara y con signos de intoxicación y asfixia.
En la reclamación por respon
sabilidad patrimonial presentada contra Cort se hace constar que cuando ocurrieron los hechos «los nuevos equipos de comunicación con tecnología digital adquiridos con anterioridad, se encontraban guardados en un almacén a la espera de la orden para que todos los miembros del cuerpo de Bombers de Palma los pudiesen utilizar». Además, a la salida del servicio dos bomberos, uno de ellos Alex Ribas, carecían de comunicador hemicraneal, indispensable para poder comunicarse en un incendio llevando la máscara de respiración puesta. «Fue así porque Alex lo tenía estropeado desde hacía meses y no se lo habían reparado o cambiado . Al otro bombero, ni a ninguno de los 18 bomberos de su promoción, les habían suministrado el hemicraneal. ¿Cómo es posible que se permita trabajar a los bomberos sin la herramienta básica de seguridad?» destaca la familia.
La viuda del bombero fallecido, Soledad Rebollar, aseguró que «los errores, para solucionarlos, hay que reconocerlos» y ha justificado la denuncia y destacado que «Adrián -hijo del bombero fallecido- tendrá que saber algún día lo que pasó y sólo espero que no haya más hijos ni más familias que tengan que vivir esto» concluye.